Este fenómeno no debería sorprendernos ya que hay numerosas referencias en otras industrias donde la distribución física ha perdido relevancia. Las cadenas de ventas de libros (como Barnes & Noble en EEUU) perdieron participación de mercado y cerraron muchos puntos de venta cuando fueron reemplazados por la venta de libros (físicos inicialmente y luego e-books) a través de Amazon. Otros ejemplos más radicales relatan la desaparición de cadenas de comercios minoristas por completo como ha sido el de alquiler de videos (como Blockbusters también en EEUU) a manos de los nuevos canales de entretenimiento digitales (de los cuales Netflix es un abanderado de los muchos operadores existentes). Recientemente Sears and Kmart reportaron el cierre de 80 grandes tiendas, dando cuenta de que el impacto no es en una sola industria. En el caso de los bancos, la cantidad de transacciones realizadas a través de los canales alternativos (incluyendo banca telefónica, banca por internet, cajeros automáticos y terminales de autoservicio) ha crecido de manera impresionante en los últimos 10 años. Tal ha sido el crecimiento que muchos se cuestionan en silencio el gasto en sucursales y su valor agregado.
No obstante ello, el proceso de transformación de los bancos ya ha comenzado. Los clientes ya eligieron cuando dejaron de visitar sucursales y usan los canales alternativos. En EEUU midieron este fenómeno con precisión. En 2009 había 112,000 sucursales bancarias y desde entonces ya han cerrado un 3% (cerca de 3,500). Si bien no parece mucho, y hasta podría entenderse como un proceso de redistribución geográfica o de eficiencia operativa, es todo lo contrario. Descubrieron que el nivel de transacciones en promedio en una sucursal física se había reducido un 30% en el mismo período. Eso anticipa un cierre significativo de sucursales. El Banco Mundial prevé que el número de sucursales en los EE.UU. en 2025 caerá un 33% de sus niveles de 2004. En Europa esa cifra será del 45%. Es el comienzo del fin de la distribución física bancaria tal como la conocemos.
Hay algunas instituciones que son mucho más rápidas en adaptarse a estas nuevas tendencias. El Bank of América, uno de los bancos líderes en EEUU, parece haberlo entendido antes que el resto: desde 2009 ha cerrado el 23% de sus sucursales. El Citibank, por ejemplo, ya no tiene sucursales físicas en el estado de Massachusetts. Ese estado tiene un Producto Bruto de US$ 500 billones, tanto como el de Argentina o Colombia, que al igual que Massachusetts no tendrán más operaciones de Citibank porque decidió abandonar esos mercados emergentes. Jamnie Dimon, CEO del gigante financiero americano Chase, no está del todo de acuerdo. Dimon opina que el cierre apresurado de las sucursales impactará negativamente en la generación de ingresos de los bancos porque estos no saben generar ingresos a través de los nuevos canales digitales. No obstante ello, bancos alrededor del mundo piensan en el cierre masivo de sucursales. En Francia, la junta de accionistas del Societe Generale le ha pedido al management cerrar el 20% de sus sucursales físicas para el 2020 para mejorar los indicadores de rentabilidad.
El debate recién comienza pero es claro que el impacto de la tecnología no ha sido ni será gratuito. La combinación de internet, aplicaciones móviles, pagos remotos, créditos online son elementos que han captado progresivamente la preferencia de las personas. Nada que sorprenda. Las sucursales nunca fueron lugares donde los clientes desearan ir. Son sinónimos de mala calidad de atención, esperas prolongadas, y frustraciones por interminables requisitos para obtener productos bancarios.
Pero lo que se desvanece da paso a lo nuevo. Los nuevos formatos de servicios financieros fusionan el canal de comercialización y el producto ofreciendo nuevas experiencias impensadas años atrás y muy aceptadas por los Millennials (la generación de personas nacidas a partir de 1981). Si bien ya hay bancos en distintas partes del mundo donde ofrecen servicios 100% online (sin sucursales físicas) eso no es el punto de llegada para la industria, es el punto de partida donde los bancos deben demostrar si son buenos. Solo el 6% de los miembros de los directorios de los bancos tiene experiencia en el manejo de la tecnología.
La tecnología posibilita nuevos modelos de negocios para los servicios financieros y está en manos de una nueva generación de empresas. Uno de los más populares servicios financieros en la actualidad son los préstamos entre personas a través de plataformas en internet. Ya hay más de 3,000 empresas en más de 70 países en todo el mundo. Conectan a los solicitantes de créditos con aquellas personas que tiene la capacidad de financiarlos en mejores condiciones que los bancos. Ambos ganan ya que mientras uno paga menos que en el banco (o accede cuando los bancos no les dan crédito), el otro obtiene mayor rendimiento por su dinero sin caer en la intermediación financiera. Esa disrupción tomó de sorpresa a los bancos.
Creyeron que estaban protegidos de la competencia tecnológica por la regulación existente. Súbitamente los nuevos jugadores usaron la tecnología para llegar al mismo lugar haciendo negocios de manera diferentes a lo que hacen los bancos. Podríamos decir que las empresas tecnológicas entraron por la ventana y que las ventanas no fueron diseñadas para entrar a una casa. Pero entrar por la ventana no está prohibido y lo que no está prohibido está permitido en países donde se respeta el estado de derecho. La tecnología es así, cambia la manera en que funcionan los mercados de manera disruptiva. En resumen, los bancos tienen competencia. Algunos aún no se dieron cuenta.
1. Sears and Kmart just closed nearly 80 stores — see if your local store is on the list http://www.businessinsider.com/list-of-sears-and-kmart-stores-closing-2016-8?IR=T&utm_source=Triggermail&utm_medium=email&utm_campaign=BII%20Daily%202016.09.08&utm_term=BI%20Intelligence%20Daily
2. US bank branches stay open despite slump in transactions http://www.ft.com/intl/cms/s/0/ef20337c-1d27-11e6-a7bc-ee846770ec15.html?ftcamp=crm/email//nbe/CompaniesBySector/product#axzz49ZcksEXR
3. Bank of America axe hovers over thousands of retail jobs http://www.ft.com/intl/cms/s/0/ca9635d8-3280-11e6-ad39-3fee5ffe5b5b.html?ftcamp=crm/email//nbe/USMorningHeadlines/product#axzz4BhQXFz9u
4. Société Générale considers closing a fifth of retail brancheshttp://www.ft.com/cms/s/0/970d2c72-668d-11e5-a57f-21b88f7d973f.html#axzz4GIETSgLk
Palabras clave:
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Adaptando la frase que Bill Clinton instaló en la política estadounidense ("Es la economía, estúpido" [1]), podríamos describir los cambios en el mundo de la banca: empresas de tecnología desafían a los bancos ofreciendo mejores rendimientos a los dueños del dinero.
Estos han encontrado en las plataformas de préstamos entre particulares (del inglés "peer-to-peer") nuevas formas para hacer rendir más sus fondos. Lo están haciendo con mayor frecuencia, mayor cantidad de dinero y en una creciente cantidad de países. El volumen proyectado para el 2025 de estas plataformas es de US$ 1 trillón y se estima que los bancos perderán entre el 25% y 50% del mercado de préstamos a personas y a PyMEs en UK y USA.
Contrariamente a lo que la gente piensa, los bancos no son los dueños del dinero. Solo ganan absurdas cantidades cobrándonos por mantener nuestros fondos en una caja de ahorro o cuenta corriente o pagándonos muy poco por plazos fijos mientras usan nuestro dinero para colocarlo a altísimas tasas con muy bajo riesgo de morosidad.
Pero actualmente, todo negocio de altos márgenes enfrenta el riesgo de competir con empresas tecnológicas. Prueba de ello es Skype que transformó las telecomunicaciones, Amazon a la industria editorial, eBay al comercio minorista, Apple a la industria de la música o Netflix al entretenimiento. La exitosa de cotización de las acciones de Lending Club en la bolsa de Nueva York marca el inicio de la transformación de la banca.
¿Es esto un fenómeno nuevo en las finanzas? Ciertamente no. Los reales dueños del dinero siempre han buscado mejores rendimientos para que sus fondos se multipliquen. Eso incluye a los millonarios y a quienes tienen algunos ahorros. Los bancos solían desarrollar productos para atraer a esos fondos, pero según Forrester Research (2)"la gente cree que los bancos ponen sus propios intereses por delante de los de sus clientes, y no cree que sean éticos en el desarrollo de sus negocios". Se entusiasmaron con sus altas utilidades y operando de manera ineficiente costos que pagamos entre todos.
Las empresas tecnológicas se han propuesto mejorar los rendimientos para los dueños del dinero con costos de operación más eficientes mejorando a la vez el costo de los préstamos para quienes los solicitan.
La “web social (3)” ha generado dos fenómenos que se potencian entre si. Por un lado, el paradigma de la intermediación, que concibe el dinero como algo escaso en manos de pocos que necesitan intermediarios para poder incrementar su valor, pierde fuerza. Por otro lado “La Economía del Compartir” (4) se extendió más allá de conceptos digitales (mp3s o fotos) haciendo más tangible y útil el “compartir” como elemento clave de los negocios. Es un tendencia irreversible. Intercambiar ropa, casas para vacacionar, compartir viajes con desconocidos (5) o pedir dinero prestado a otros, está transformando a los Nativos Digitales (6) como las tarjetas de crédito lo hicieron con los “Baby Boomers” cambiando las finanzas personales para siempre.
La idea de las finanzas colaborativas es simple: crear valor al compartir. Invertir dinero en créditos de otros posibilita obtener mejores rendimientos para el que presta y menores costos para quien solicita. Los participantes sienten que interactúan con personas y no con bancos.
Si bien es llamativo que los bancos no se adapten rápidamente, es comprensible que así suceda. Los bancos nunca han sido promotores de productos innovadores. Las tarjetas de crédito, los cajeros automáticos y los pagos móviles, productos muy usados por la banca, no fueron desarrollados por los bancos. Más aún, cuentan con gran cantidad de sucursales físicas muy costosas que ya no responden a los objetivos de los clientes sino de sus organizaciones. Hoy son un lastre.
A los bancos les costará crecer con la fórmula que han sabido manejar. Ignorar los cambios sociales y tecnológicos nunca ha sido el camino adecuado. Nunca más vigente la frase de Gandhi que ningún banquero debería desoír: “Primero te ignoran, luego se ríen de ti, después te atacan, entonces ganas”. ¿Cuánto falta para que los bancos nos ataquen?
1. Fuente Wikipedia - http://es.wikipedia.org/wiki/Es_la_econom%C3%ADa,_estúpido
2. Fuente Forrester Research - Prosper's P2P Lending Network Defies Status Quo – Catherine Graeber, June 2006
3. Término de negocios para describir los procesos de inteligencia colectiva o web 2.0. http://es.wikipedia.org/wiki/Web_social
4. Rachel Botsman, autora del libro “What's Mine is Yours: The Rise of Collaborative Consumption” y http://www.economist.com/node/21537967
5. Mashable – The rise of sharing economy http://mashable.com/2012/02/07/sharing-economy/
6. La definición de Nativos Digitales alcanza a la Generación Y como a los Millenials nacidos desde 1981 hasta el 2000.
Palabras clave:
Finanzas Dinero Inversión Tecnología Bancos Economía del compartir
Los bancos se preparan para una baja de tasas por parte del Banco Central y toman deuda del mismo porque prevén el recorte que tiene como objetivo la expansión de la economía local. ¿La estrategia para las finanzas personales? Proteger los retornos colocando los ahorros a trabajar sin perder más tiempo.
De acuerdo con el diario Ámbito Financiero, los ejecutivos bancarios pronostican que, en el corto plazo, podría darse una baja en las tasas de interés que disminuirá el incentivo a la estrategia de colocar su dinero en las letras del Banco Central. En este escenario volcarán su liquidez a tomar deuda a plazos más largos.
Las licitaciones del BCRA reflejan esta postura. Desde octubre de 2014, los bancos ya ofertaron $ 36.000 millones por letras a más de un año de duración; siendo el promedio para este plazo, cuatro veces mayor al que se registraba en los meses previos. En la actualidad, el 50% de las ofertas se hacen a más de seis meses de plazo y entre un 15 % y 17% de éstas, se realiza a más de un año.
Otro indicio de la situación que prevén los bancos, es la reducción en las tasas de interés de los préstamos personales para plazos mayores a dos o tres años. Ejemplo de ello podemos ver en los préstamos del Santander Río, con su tasa del 36% para plazos hasta 36 meses y del 29% para plazos mayores a 36, hasta 60 meses.
Los primeros dos meses del año suelen ser positivos para la liquidez de las entidades financieras, dados los aguinaldos y la menor demanda privada de dinero. En este contexto, podría darse un ajuste de un mínimo de 100 puntos básicos en los rendimientos de las letras de las Lebac, referencia de las tasas activas de crédito. A la fecha, éstos son del 26,80% anual para las letras de 90 días y del 27,84% para las de 120 días.
En base a estas proyecciones, lo más recomendable es invertir el ahorro lo antes posible, colocándolo a las tasas actuales para cubrirse de la baja que enfrentará la economía en el futuro. Y, de este modo, proteger los retornos esperados de los fondos.
Palabras clave:
Ahorro Inversión Bancos Baja de tasas